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martes, 22 de abril de 2008

Secuencia Inicial

¿Cómo serás?
¿de qué color serán los ojos con los que me mires?
¿cuál será la mueca que dibuje tu sonrisa al desplegarse?
¿las ondas formaran dibujos en tu cabellera?
¿o será un largo cabello lacio el que acaricie mientras duermes?
¿cómo se sentirán tus abrazos?
¿cómo será el verte tendido en mi regazo?
Te imagino pequeño, hermoso, tentador
Te imagino pleno de vida, de ilusiones, de felicidad
Te imagino saludable, desbordante de energía
Te imagino corriendo por el jardín con esos dulces pequeños pasos
Te imagino alegre, sonriente
Te imagino cariñoso, buen amigo, compañero
Te imagino respetuoso, idealista, con valores
Quisiera que el mundo fuera un mejor lugar cuando tú llegues
Quisiera que pudieras respirar el aire y beber el agua sin temores
Quisiera que pudieras abrir tu hermosa alma y sin miedos.

03/10/2007

Secuencia I

La mezcla de ansiedad y extrema felicidad que la invadían no le permitían respirar. Sus dedos repicoteaban una y otra vez sobre la mesa de roble. Sus ojos echaban un vistazo cuasi continuo a las manillas del reloj. Pero todo arrojaba la misma conclusión: Él no llegaba.
Comenzó a caminar por ese viejo living, formando un círculo de amor claramente perceptible. La espera se hacía interminable.
Levantó el tubo del teléfono para llamarlo, discó uno a uno los números, pero nada, no había respuesta. “Seguro ya está en camino” se repetía.
Por fin un ruido de motores la regresó nuevamente a la realidad sustrayéndola de esa espera interminable.
Corrió hacía la puerta de entrada, y lo vio entrar. Sus ojos se llenaron de lágrimas a la primera mirada, la felicidad que sentía no había encontrado otro modo de desbordar.
Él la abrazó sin comprender lo que sucedía.
Por fin ella lo besó y dijo: Ya somos tres.

Feb/2008

Secuencia II

Tendrás la sonrisa de tu padre, su mirada sana y clara, su cabello.
Tendrás mi modo reír, mi manera de caminar, mi torpeza natural.
Serás alto y morocho, con grandes ojos oscuros, con una espalda fuerte.
Serás trabajador, humilde y buen amigo.
Vivirás grandes amores, grandes ilusiones, y también desilusiones.
Tendrás el alma pura, el corazón grande y laboriosas manos.
Serás nuestro sol, nuestro lucero, nuestra paz.
Mis brazos se amoldaran a tu cuerpo, mi ritmo a tus pasos, mi corazón a tus latidos.

13/12/2007

Secuencia III

Miraba esos ojos cristalinos y pensaba,
todo su mundo podría caber en aquellos profundos mares azulados.
La soledad ya no sería jamás su compañera de viaje.
Todo cobraba un nuevo sentido, el verdadero pensaba.
Sus manos, sus obras, su trabajo, sus momentos de ocio…
Su existencia había sido tocada a partir de ese momento y para siempre.
Durante tanto tiempo lo había esperado,
que ya casi no se recordaba sin desearlo.
Era un momento sublime, conmovedor, inexplicable…
Sentado allí veía a su vida pasar delante de sus ojos,
su infancia, sus juegos, sus primeros amores…
Toda su vida se paseaba y se recreaba ante su maravillado rostro.
Sus manos finalmente rozaban tímidamente esa piel suave,
con un pulso firme, aunque a su vez algo tembloroso.
No podía dejar de contemplarla, de admirarla, de memorizarla…
La vida le ofrecía su espectáculo más asombroso.
Cuando por fin logró abrazarla contra su pecho sintió,
que esa unión nunca jamás podría desvanecerse.
Se sintió pleno de felicidad, se sintió en casa…
Nada más existía,
no había sonidos, movimientos, ni nada a su alrededor,
Sólo ellos.
Todo el mundo se había detenido para presenciar ese primer encuentro.
Todo el mundo, incluso él.
Hasta que por fin un abrazo emocionado lo envolvió,
las lágrimas brotaron y escuchó: “¡Felicitaciones Papá!”.

20/04/2008

Secuencia IV

Sus ojos son el lucero que guía mi vida y que me acompaña a cada instante. Sus pasos, torpes movimientos que en un arrebato imperioso intentan alcanzarme, son los más puros del mundo.
Sus manitos, aún tan pequeñas y tan suaves, les permiten conocer todo aquello que los rodea, mediante una delicada caricia.
Sus sonrisas, cálidas muecas espontáneas, hacen que el sol salga cada mañana, incluso en los días nublados.
Sus palabras, ligeros sonidos que pocos entendemos, son el concierto más maravilloso que escucharé jamás.
Ellos, pequeños enanos inquietos y plenos de vida.
Ellos… ellos me llaman mamá.

21/07/07

martes, 15 de abril de 2008

Sabores

El día sabe a tristeza
sabe a añoranza
sabe a pasado…
a un pasado ya muy pasado,
que pocas glorias recuerda.
El día sabe a vacío
sabe a dolor
huele a perdida…
pérdida de un lugar ni mejor ni peor,
pero al que estábamos a acostumbrados.
Los días como hoy son algo confusos,
no saber los porqués de estos sabores,
no es por ti,
no es por mí,
es algo del día…
El día sabe a ausencia,
sabe a congoja
sabe a sueños…
a sueños no cumplidos
que pujan por recrearse.
El día sabe a restos…
a restos que quedan de esa inefable y maliciosa comparación,
con los ideales.
El día sabe a eso,
a ese resto diminuto que queda luego de que el ojo enjuiciador,
dictamina su sentencia.
Sentencia que mide la distancia desde uno está,
hasta donde uno mismo cree que debería estar.
¿Porqué esa severidad con la propia persona?
El día sabe a tormento
sabe a malestar
sabe a nostalgia…
a la nostalgia que se produce de aquellos días donde la distancia se acorta,
donde los ideales empequeñecen,
donde la sentencia no arroja un saldo negativo.

15/04/2008